miércoles, 6 de noviembre de 2013

Paseando por Camboya - Siglos escondiendo tesoros de piedra




Uno de los templos de Angkor


     Finalizada mi visita a Vietnam tocada dar el siguiente paso trasladándome a su país vecino Camboya. Tomé bien temprano un autobús que me llevó desde Ho Chi Minh (Saigón) hasta la capital de Nom Pen, en unas 6 horas. Posteriormente sigo mi ruta e invirtiendo un tiempo similar llego hasta Siem Reap, una provincia a unos 300 kilómetros al noroeste del país y donde se encuentran los famosos templos de Angkor.
Llegué sobre las 23:00 horas, me fui hasta el centro de la ciudad y busqué el alojamiento más económico posible. Una Guest House con habitaciones compartidas y que pagaba 7 dólares la noche. En Camboya casi todos los pagos se realizan en dólares, los cajeros de hecho no se molestan en dar la moneda local, los rieles, sino que directamente entrega dólares americanos.

     Cuando me levanté al día siguiente encontré en una mesa del albergue a un grupo de personas que hablaban en español. Eran unos chicos y chicas colombianos de unos veintitantos años que viajaban juntos. En la conversación participa Víctor de Castellón que viaja en solitario por Asia, y tiene una edad aproximada a la mía.  Los dos teníamos pensado ir en bicicleta para hacer la visita de los templos así que decidimos ir juntos. Es un paseo de unos 30 kilómetros entre ida, vuelta y visita al recinto arqueológico
 
Templo Ta Prohm
     Los templos de Angkor se encuentran sobre una superficie de 400 klms. cuadrados y existen más de 100 por lo que verlos todos es una tarea que requeriría mucho tiempo. Facilita la labor el hecho de que existan concentrados muchos de ellos en un espacio más abarcable y que sean los que gozan de más popularidad.

     Fueron erigidos durante los siglos VIII a XV, y permanecieron ocultos siglos entre la selva hasta que en 1.860 fueron descubiertos por misioneros franceses. 

     Paseo con la bici hasta llegar al primero de los templos, se llama Angkor Wat, es bastante grande, hay que pasar andando, así que dejo la bici en la puerta y camino por una larga y antigua calzada que viaja a través de un lago antes de entrar al interior del templo. Está todo construido en piedra de color grisáceo,  la lluvia ha ido alimentando el verde moho que colorea la parte superior de los pétreos adoquines. No parece que hayan utilizado argamasa para unir los grandes bloques que forman el grandioso monumento. Veo largos y laberínticos pasillos de columnas con techos bajos. Camino salvando escalones, torres que se alzan imponentes, me encuentro absolutamente maravillado.


  
Por caminos en busca de templos escondidos.
   Cuando llevo unas horas decido descansar para comer y asimilar la maravilla arquitectónica. Después visitaría otros templos que vuelven a causar el mismo efecto que el primero.

    El hecho de haber estado ocultos durante siglos han hecho que sobrevivan sin que existan edificaciones más modernas que adulteren su autenticidad. Así que el entorno es absolutamente selvático, con árboles gigantes, plantas exuberantes, vida animal y preciosas flores.

     Uno de los templos que más me impresionó fue el popular Ta Prohm. Algunos templos se han mimetizado con la naturaleza, pero este es especialmente llamativo. Los gigantes árboles engullen con sus enormes raíces las grandes piedras del templo formando un conjunto absolutamente sobrecogedor.

Comunion de naturaleza y espiritu
   



      Es el segundo día de la visita y decido volver a ir en bici, hoy también me acompaña Víctor en la ruta, charlamos y se hace ameno el camino. A medio día la lluvia hace acto de presencia y aprovechamos para comer en uno de los chiringuitos que los locales tienen en las inmediaciones. No para durante un par de horas. Muchos turistas se han ido. Nosotros decidimos seguir viendo templos con las bicis. Nos adentramos en la selva por un sendero estrecho, el terreno está encharcado por muchos lugares y las ruedas de la bici, en algunos tramos se hunden en el barro. La tarde está cayendo y queda poco tiempo de luz. No nos cruzamos con nadie y empezamos a pensar que nos podríamos perder. Finalmente y cuando ya quedaba poca luz encontramos uno de estos maravillosos templos entre los árboles, envuelto entre la niebla y absolutamente solo. El templo no está reconstruido y debe de tener un aspecto similar al que encontraron sus descubridores. La escena es absolutamente maravillosa. No es de extrañar que estos templos hayan inspirado historias, novelas y películas. Y así me sentí yo en este escenario real de esta película que es la vida en la que yo era el protagonista.

4 comentarios:

  1. Joan Tom Raider Cascales. Estoy superenganchado a tus videos, y este es espectacular. Mucho cuidado y a seguir disfrutando. Saludos.

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  2. Ole ese Martí… me alegro que te haya gustado y espero que el próximo salga bien. Saludos.

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  3. Hola WillyJuanfra Fog!!M encantan tus videos y m alegra comprobar q stas disfrutando muxisimo dl viaje.Espero q todo t siga yendo tan bien como hasta ahora.Un abrazo.Cuidate

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  4. Hola Nieves. Muchísimas gracias por escribir y que bien que te gusten los vídeos. Comentarios así animan a seguir con esta labor. un abrazo!

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